Cinco micros de Sergio Astorga


El dragón y su árbol 

Erguido en sus patas traseras, única herencia que mantuvo firme de las fábulas, el dragón paseaba con su árbol, arrastrándolo como si fuera un animalito doméstico.

Desde los tiempos en que los maravedíes eran la moneda corriente y la peste minaba las ciudades, el dragón ya era visto y ya poseía una fama bien ganada. Ganada con el sudor de sus fauces. No hubo niño que no perdiera la cabeza con una de sus bocanadas. Como un mercader de feria recorría todos los reinos conocidos de tierra firme. Eran tiempos buenos.

Hoy, los desdenes de las madres ya no entretienen a sus críos con los encantos “dragonianos”. Hambriento se exhibe, arrastrando su arbolito, que a falta de piso fértil se ha empequeñecido tanto que una vergüenza le cuelga de sus ramas.
A los seiscientos años de su edad y con la soga al cuello, vaga melancólico. Ya no puede subirse al árbol y tirar y tirar hasta el suspiro.


Tiempo de lectura

Su caratula se distorsionaba, su redondez se fugaba a lo Dalí. Las muchachas en flor se acomodaban en su tiempo perdido. Algunos muchachos conversaban en la catedral. Todo se veía como el llano en llamas. El sonido y la furia recordaban el rojo y negro de las guerras floridas. Todo daba a entender que los caminos se bifurcaban y todos los nombres tuvieron su región mas transparente.
De repente las manecillas se detuvieron a lo Bovary y un cementerio marino descansa bajo el volcán.



Llegó

Ha llegado del sur para iluminar la penumbra. Tú serás el sol, le dijeron. Aceptó el honor y desde entonces se quema como leña madura.

No todo fue gloria, del norte llegaron los búhos para arrebatarle el día.Tú serás la luna, le dijeron y desde entonces los coyotes salen a su encuentro.

Comenzó el día y la noche y los pies humanos comenzaron a pisar la tierra y les crecieron los cabellos en sus cabezas.

Después vino la sangre y la culpa y el silencio inició su llanto sin consuelo.

Por fortuna, la percepción del mundo cambió con la nueva versión del IPad con 64 GB con conexión móvil integrada.



Duopolio

El flautista olvidó la partitura. Resoplando, el aire resonó
​ ​tonificado. El auditorio respiraba tenso, contrapunteando el descuido del flautista. Una gama melódica circundaba al teatro. La rotación cromática era perfecta.

Hasta que una altísima nota acabo con el concierto.



La Jaca Alazana

De cascos ligeros su fortuna se juega en cada carrera. Se apuesta con mano blanda. Parece que el galope se confunde con el agua fría, esa que baña la cara cuando se pierde la apuesta. Dueña de los trayectos la jaca alazana cabalga con la sonoridad de los siglos. Crin al viento no se detuvo en las praderas sagradas ni en los edenes de heno. Algunas coplas le cantan por fina y dulce de cuerpo. Otras, rabiosas reclaman su descarado porte y su altiva anca.

La gente de cráneo común no sabe que la tarde siempre esta cayendo y en el sendero hay una tranquilidad violeta, porque en la jaca va el poeta.



SERGIO ASTORGA

Soy de México, de su ciudad. Soy de tezontle. Actualmente radico en Oporto (Portugal). Estudié Licenciatura en Comunicación Gráfica en la Escuela Nacional de Artes Plásticas Impartí el taller de Dibujo durante doce años en la UNAM. Y estudie Letras Hispánicas e Iberoamericanas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.  He publicado en suplementos culturales y en revistas tanto textos como dibujos. Exposiciones pictóricas múltiples. He publicado un libro de poemas llamado Temporal. Gestiono el blog Antojos.