20 haikus de Susana Benet


Susana Benet  (Valencia, 1950) es licenciada en Psicología. Trabajó durante años como administrativa en una multinacional y se diplomó en Logopedia y Psicoterapia Gestalt.  Escribe poesía, relato y pinta acuarela. Ha publicado los poemarios Faro del Bosque (Pre-Textos, 2006), "Lluvia menuda" (Comares, 2007), Huellas de escarabajo (Comares, 2011) y La durmiente (Pre-Textos, 2013). Es co-autora del libro La muerte (2009) y de la antología Un viejo estanque (Comares, 2013).

Ha sido incluida en las antologías de haiku Poetas de corazón japonés, Brisa del mar, Perro sin dueño, Tertulia de haiku, Cerezo en flor y Vida callada. Ha obtenido el 1º Premio del Concurso Ciudad de Medellín 2013 por su colección de haikus Ráfagas. Sus haikus han sido traducidos al inglés en la revista Shamrock Haiku Journal, y al francés y otros idiomas en la antología Haikool (Éditions l'Iroli). Como acuarelista ha ilustrado portadas de libros, dedicados al haiku principalmente. En la actualidad imparte talleres de haiku.


Acuarela original de Susana Benet
Veo encenderse
el pino en la mañana.
Faro del bosque.

*

Tan quieto está,
tan sereno el jardín,
que no lo cruzo.

*

De aquella jaula
aún queda en la pared
el clavo inútil.

*

El albañil,
mientras unto tostadas,
pone ladrillos.

*

Sol amarillo.
No le caben más frutos
al limonero.

*

Mientras te vistes,
yo cuento los botones
que nos separan.

*

Con sus escudos,
desfilan los pequeños
escarabajos.

*

Antes dejabas
dos rosas al marcharte.
Ahora, colillas.

*

A cada vuelta
del tiovivo, mi padre
diciendo adiós.

*

Tras el derribo,
los colores de viejas
habitaciones.

*

Patio interior.
La luz del sol tendida
entre las sábanas.

*

Tienda de especias.
Me llevo sin pagar
todo el aroma.

*

Un niño juega
a enterrar a su padre.
Día de playa.

*

Podan los árboles.
Parece que ahora sea
más grande el cielo.

*

Barre mi escoba
plumas de periquito.
Todas escapan.

*

Al dar el pésame,
una lágrima ajena
en mi mejilla.

*

No está el colegio,
pero ha quedado en pie
la buganvilla.

*

Llega el murmullo
del río hasta mi almohada.
Pequeño hostal.

*

Al entregarme
la compra el carnicero,
sangre en las uñas.

*

Sol en la cama,
el gato ronronea,
late el reloj.




HAIKUS


Herme G. Donis nació en Villalón de Campos (Valladolid) en 1951, aunque desde su infancia se encuentra ligada a Asturias. Ha publicado los libros de poesía Catón de infancia (Avilés, 1983), Marginalia urbana (Oviedo, 1986), El fuego desvelado (Madrid, 1987), Mientras el tiempo pasa (Mieres del Camino, 1989), Peregrinas andanzas (Gijón, 1997) y Vida y memoria (Antología 1983-2002). Actualmente reside en Madrid, donde colabora asiduamente en diversos diarios y revistas especializadas en literatura. Los haikus que publicamos han sido seleccionados por la propia autora.

Los haikus de León Molina

León Molina nació en Cuba en 1959 y llegó a España en 1966. Actualmente su vida se reparte entre la ciudad de Albacete y la aldea de Yetas, en el municipio de Nerpio, en la sierra albaceteña. Se declara a sí mismo como "un empedernido lector de poesía y apasionado observador de la naturaleza. Y suelo tener a mano papel y lápiz". Ha publicado varios libros de poesía (el último de ellos, El taller del arquero) y una recopilación de sus aforismos (titulada Mapa de ningún sitio) en la editorial sevillana La Isla de Siltolá. 




AFORISMOS


Alejandro Lanús (Buenos Aires, Argentina 1971), es un escritor y poeta creador de aforismos, autor de Umbrales. Pulsaciones de una verdad esquiva, de la que proceden los textos que aquí reproducimos. Es la suya una concepción del aforismo estrictamente poética, que se decanta por la insinuación gnómica que entronca con la tradición oriental, principalmente de ascendencia budista y zen, dejando de lado la vena moralista clásica de la escuela francesa. Incidiendo en la contradicción que implica lo creado y la necesidad de superarla mediante un salto epistemológico que trascienda la dualidad, Lanús alumbra trallazos de luz para tratar de ubicarse fuera de la tensión de lo real, e invitar al lector a acompañarle en su viaje.


Karlos Linazasoro (Tolosa, 1962) es licenciado en filología vasca y bibliotecario de profesión. Ha cultivado, en euskera, casi todos los géneros literarios: literatura infantil y juvenil, narrativa, teatro, poesía y periodismo. Aunque el grueso de su obra se ha publicado en euskera, se han sido traducidas al castellano: Depósito ilegal (Alberdania, 2006) y Itoko dira berriak. Ménsula que el cielo sostiene (Atenea, 2005). En el ámbito aforístico, ha publicado Lo que no está escrito (Eclipsados, Zaragoza, 2010). Los aforismos que presenta Microfilias proceden de su último libro, Nunca mejor dicho, recién publicado por la editorial Trea, de Gijón.




NANOENSAYO


José Luis Trullo comparte con nosotros tres notas de opinión reflexiva, o reflexión opinativa, sobre otros tantos temas de actualidad: el culto a la emoción en la cultura contemporánea, la manipulación inherente a los discursos contrarios al miedo, y la apuesta por el concepto de esmero frente a la exaltación del esfuerzo como fuente de acierto en las propias acciones.


Leyenda y función de la utopía

Contra cierta tendencia actual a reivindicar, de nuevo, un concepto tan añejo y caduco como el de utopía, el profesor Miguel Catalán nos advierte acerca del peligro que acecha detrás de sus cantos de sirena, y que no es otro que la fácil consolación imaginaria y sus efectos disuasorios respecto a una transformación efectiva de la realidad.




DIETARIOS


El escritor chileno Álvaro Campos escribe: "Desconfio un poco de los que sienten la literatura como algo suyo, desconfio en que la utilicen, orgullosos, como un medio para algo más. No existe ese "suyo", no existe ese "algo más". Sólo existe el malestar, el desgarro, la impotencia del choque de la ola turquesa de la imaginación, contra la masa tosca y gris de la arena de la realidad. El que escribe está condenado a desplazarse descalzo por la fisura, por los dolores del nómada, por los desvelos de la presa. Convaleciente del mundo, ni real ni imaginado, segrega algo que no sabe y en lo que no cree, algo que no genera ninguna ganancia y protección. El que escribe es sacerdote y sacrificio al mismo tiempo. Entonces ¿Que le pide el escritor a sus dioses mudos? Pide que lo liberen del pedir..."