MICRONESIA 021

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Cuadratura del infortunio
David Carril



Al cruzar la calle, me di cuenta de que el pájaro no se movía. Discreto, permanecía en el mismo lugar aunque yo me acercara cada vez más. Luego descubrí que estaba herido en una de sus patas. El silencio y la quietud del pájaro ocultaban entonces una angustia que su incapacidad lingúística le impedía manifestar. Solo se detectaba un ligero brillo en sus ojos, quizá el brillo del miedo. Luego comenzó a andar, como un pobre cojo o un borracho que va dando tumbos. Al cruzar por encima de una alcantarilla, cayó por una rendija como un ratón en una trampa. Y allí estaba, anegado al fondo, entre escombros y otras malas hierbas, en lo más profundo del sumidero. Pensé en lo triste de la situación y en la mala suerte del pájaro. Primero herido, y, finalmente, abismado en un agujero del que ya nunca podría salir, frente al único destino de una muerte por hambre o frío. Pensé que la situación sería terrible de haber sido protagonizada por un ser humano; pero luego comprendí que aunque se trataba de un pájaro, la cuadratura de este infortunio era igual o más terrible aún a pesar de haber tenido como protagonista a un animal.







 El Aforista




Presentamos una brevísima selección de microrrelatos o minificciones, de otros tantos autores latinoamericanos, realizada por nuestra coeditora Patricia Nasello. Todos ellos son escritores de una dilatada trayectoria literaria y firmemente comprometidos con el género exiguo, por lo que de algún modo esta es una muestra de amplio espectro, muy significativa, del estado actual de la narrativa breve en Latinoamérica.


Roberto Villar: Todo tiene su luz

Todo tiene su luz para que sea posible. No sólo para que sea posible verlo, sino crearlo. La mañana, la tarde, la noche, el salón, el sofá. Todo tiempo tiene su tiempo y todo tiene su luz, su música, su clima.


Los anticuentos de Esther Roperti

Esta Cenicienta era muy lista. Cuando bajó corriendo las escaleras de palacio, no sufrió cortaduras en sus pies: sabía que las zapatillas de cristal producen heridas. Y que dejan un rastro que siguen los príncipes fetichistas.


Seis micros de Carlos de la Fé

A veces somos el último refugio sobre el que un ser anodino es capaz de aplicar un toque extravagante, chic o sofisticado a su triste y aburrida vida.


Juan Yanes: Mujer con maleta y otros micros

¡Ven y amémonos y olvidemos la crítica literaria, olvidemos a los exégetas y a sus epígonos y seamos felices! ¿Me oyes, Caperucita? Deberías decirme algo. Te estoy hablando muy en serio.


Pérez Antolín: El predominio de la sintaxis

Subió el volumen porque el ruido de las ametralladoras no le dejaba oír la emisión y en ese preciso momento salía su calle. Cuando le dispararon pudo ver por la televisión su propia muerte.



 Libros al Albur